Alejandra es feliz en el patio de su casa.
Allí están sus plantas, su contacto íntimo
y secreto con la naturaleza.
Creció en una de las macetas un yuyo o un árbol
que da flores pequeñas,
como pequeñas coronas para grillos,
o para princesas de talla diminuta.
Son azules o celestes, y translucidas, como un velo de novia,
y aún más delicadas.
Alejandra es feliz en su jardín de macetas multiformes,
donde crecen las plantas, como las esperanzas crecen en la fecunda tierra que es su alma.
Allí en el patio es más ella que en otra parte.
Allí donde están sus plantas, donde los gatos la siguen
con la cabeza mansa,
donde crecen tenues flores transparentes, delicadas, casi mágicas;
allí, es feliz.
Le han arrancado lágrimas de risa esas flores
más pequeñas que granos de arroz.
Alejandra, es más bella en su patio de baldosas coloradas,
donde sus plantas crecen.
Y sus gatos, bajo el claro cielo con languidez dormitan.
Néstor Telis
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